RESILENCIA UNA ACTITUD DE FAMILIA
Nosotros como padres vamos eligiendo a qué le damos importancia, qué admiramos o qué vale la pena seguir como ciertos valores, características o actitudes familiares que tenemos la opción de reproducir.
Hay quien persigue el éxito académico o económico, la unión familiar, inclusive la belleza. Hoy te proponemos que hagas de la resiliencia una característica familiar, todos podemos ser resilientes, siempre y cuando le demos importancia y tengamos la decisión para cambiar algunos de nuestros hábitos o creencias.
¿Qué es la resiliencia?
Resiliencia viene del latín y significa: «volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar». Es un término que se toma de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma original. En la ecología nos indica la capacidad de los ecosistemas para absorber perturbaciones sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad.
¿Por qué hacerlo?
Juan es un hombre que trabajó por 15 años en un Banco y un día sorpresivamente es liquidado por recorte de personal, por otro lado Laura hace el examen de admisión a la preparatoria y no es seleccionada para el lugar que eligió, o supongamos que la Sra. Cristina siente dolores en las manos y poco a poco ve como estas se deforman, el día de hoy vive con una enfermedad crónica. En todos estos casos es la resiliencia lo que puede cambiar el momento.
Los adolescentes son los más necesitados para desarrollar una actitud resiliente porque están iniciando su encuentro con la sociedad y se les exige una posición adulta; poco antes, en la infancia, se les protege de muchas demandas de acción y frustraciones.
Un adolescente aparte de tener que adaptarse a un cuerpo desconocido que no eligió, afronta la demanda diaria de los padres y la sociedad que le exigen un comportamiento para el que no está preparado. Ha salido de la zona de confort de la infancia, para incursionar en el mundo adulto. Si hay una época en la vida que requiera tolerancia a la frustración y resiliencia es esta.
La psicología usa el término y define a la resiliencia como una adaptación positiva pese a la adversidad, enfatizando los dos elementos que la constituyen: la adversidad significativa y la adaptación positiva. Desde las Neurociencias se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión o perdida.
Hay que aclarar que las personas resilientes no nacen, se hacen. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida y recuperarse (Instituto Español de Resiliencia).
Características de las personas / familias con actitud resiliente
· Son optimistas. “Hay momentos difíciles, no vidas difíciles”
· Consideran el tiempo como un factor importante para evaluar su situación, “¿en 5 años, será importante?”
· No se exigen en demasía
· No evaden, afrontan los problemas de a poco a poco si es necesario, pero afrontan
· Buscan soluciones creativas, son flexibles, aprenden en el proceso, leen, se informan, son activas, caminan decididas hacia la solución del problema
· Buscan apoyo, eligen amistades con actitudes positivas
· Toleran la incertidumbre, renuncian a controlar
· Afrontan la adversidad con humor, una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad.
Iniciemos poco a poco, todos los días hay posibilidades de practicar la resiliencia, afronta la falta de agua, el embotellamiento o el mal resultado de un examen con una mejor actitud.
Somos nosotros los padres los que le damos valor a esta actitud dentro de nuestras familias. Hagamos de esto un proyecto familiar en el que todos participen, es el mejor camino para crear una familia resiliente, capaz de enfrentar la frustración con fortaleza para recuperarse y seguir adelante. POR ATENCIÓN PSICOLÓGICA ESPECIALIZADA
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